Por su interés leed el siguiente artículo:
Por Pedro Bustos, senador del PSOE por la provincia de Cuenca
A veces, los silencios claman y ésta es una de esas veces. Después de intentar, por todos los medios, avivar la polémica, a raíz de la moción de censura presentada en el Ayuntamiento de Benidorm, en el pasado mes de septiembre, el PP guarda ahora silencio, un silencio que, como decimos, clama al cielo.
Nada más y nada menos que tres mociones de censura en menos de una semana han tenido lugar en la Comunidad gallega, cuna de Don Mariano, a la sazón, presidente del PP.
Láncara y Folgo do Courel, en Lugo; y Silleda, en Pontevedra; son los municipios donde el PP ha arrebatado la alcaldía al PSOE, con la ayuda de tránsfugas. Bien es cierto que los concejales de Don Mariano habían abandonado previamente su formación, pero eso no sirvió para calmar los ánimos del PP en el caso de Benidorm y, en cualquier caso, huele a chamusquina, pues no estamos hablando de una ni de dos, sino de tres mociones de censura en siete días.
Cualquiera podría pensar que a Don Mariano le escoció sobremanera lo ocurrido en Levante y ha tratado de “vengarse” activando e incentivando el transfugismo en Galicia, su comunidad, que ostenta el dudoso mérito de ser la número uno en el ranking de mociones de censura con tránsfugas de las que se ha beneficiado el PP.
En cualquier caso, a Don Mariano le delatan sus reacciones. Tras lo de Benidorm, planteó un ultimátum a Zapatero, exigiéndole que garantizase que los firmantes de la moción no iban a ser candidatos del PSOE en las Elecciones Municipales de 2011, y amenazando con que, de no hacerlo, el PP no volverá a acudir al Pacto Antitransfugismo. Un poco más y lo vemos encadenarse a las puertas del Ayuntamiento benidormense que, previamente, gobernó Eduardo Zaplana, gracias a otra moción de censura y con el respaldo, inmortalizado en una foto, de su “jefe”. En cambio, ahora guarda silencio lo que no quiere decir que no diga nada, porque Don Mariano lo dice todo con su actitud.
A veces, los silencios claman y ésta es una de esas veces. Después de intentar, por todos los medios, avivar la polémica, a raíz de la moción de censura presentada en el Ayuntamiento de Benidorm, en el pasado mes de septiembre, el PP guarda ahora silencio, un silencio que, como decimos, clama al cielo.
Nada más y nada menos que tres mociones de censura en menos de una semana han tenido lugar en la Comunidad gallega, cuna de Don Mariano, a la sazón, presidente del PP.
Láncara y Folgo do Courel, en Lugo; y Silleda, en Pontevedra; son los municipios donde el PP ha arrebatado la alcaldía al PSOE, con la ayuda de tránsfugas. Bien es cierto que los concejales de Don Mariano habían abandonado previamente su formación, pero eso no sirvió para calmar los ánimos del PP en el caso de Benidorm y, en cualquier caso, huele a chamusquina, pues no estamos hablando de una ni de dos, sino de tres mociones de censura en siete días.
Cualquiera podría pensar que a Don Mariano le escoció sobremanera lo ocurrido en Levante y ha tratado de “vengarse” activando e incentivando el transfugismo en Galicia, su comunidad, que ostenta el dudoso mérito de ser la número uno en el ranking de mociones de censura con tránsfugas de las que se ha beneficiado el PP.
En cualquier caso, a Don Mariano le delatan sus reacciones. Tras lo de Benidorm, planteó un ultimátum a Zapatero, exigiéndole que garantizase que los firmantes de la moción no iban a ser candidatos del PSOE en las Elecciones Municipales de 2011, y amenazando con que, de no hacerlo, el PP no volverá a acudir al Pacto Antitransfugismo. Un poco más y lo vemos encadenarse a las puertas del Ayuntamiento benidormense que, previamente, gobernó Eduardo Zaplana, gracias a otra moción de censura y con el respaldo, inmortalizado en una foto, de su “jefe”. En cambio, ahora guarda silencio lo que no quiere decir que no diga nada, porque Don Mariano lo dice todo con su actitud.
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